lunes, 4 de julio de 2011

La Esclavitud

                                             Esclavitud:    
La esclavitud a sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. A pesar de que no ha estado presente en todas las sociedades, desde la época clásica hay testimonio del comercio de esclavos para labores de diversa índole: trabajos físicos para la agricultura, la construcción y la carga, servidumbre con distintos oficios, desde cocineros hasta trabajos sexuales.
Es indigno que en la actualidad, en los albores del siglo XXI, no obstante la supuesta abolición de laesclavitud y la declaración internacional de los derechos humanos en 1948, existen formas contemporáneas de esclavitud en el mundo, por ejemplo, enfocadas en el abuso de la infancia. Existen diversos organismos y movimientos en contra de los modos modernos del comercio de esclavos; no obstante, aún existen modos de forma clandestina. Es por ello que la difusión en contra de la esclavitud que se promueve durante el año 2004, debe ser permanente y buscar un alcance en todos los círculos sociales a nivel global.
 
Ejemplos de esclavitud contemporánea
Denunciar la esclavitud es necesario: la esclavitud es todo aquel trabajo no remunerado o muy mal pagado, donde los humanos son privados de garantías como seres humanos, tales como la libertad.
La esclavitud no es particular de una cultura o de una nación: es triste confirmar que se halla en varias partes. Para denunciar algunas, podemos hablar de los niños y niñas que trabajan en las calles de distintos países en desarrollo y son explotados por adultos o niños mayores, quienes los privan de las ganancias y les dan un mínimo de paga con algo de alimento y un techo.
En países europeos como Inglaterra y España, o en algunos barrios chinos hay talleres de manufactura o restaurantes que engañan a la gente. Desde China les cobran una cuota para cruzar las fronteras y, una vez llegando a Europa, los tienen en condición de esclavos trabajando jornadas larguísimas y durmiendo todos bajo el mismo techo, sin ofrecerles condiciones de vida dignas.
En Israel, por ejemplo, son comunes las historias de mexicanas que en México trabajan como empleadas domésticas y son engañadas por sus patrones: les prometen sueldos diez veces mayores que los de México. Una vez en Israel les retiran sus documentos y les impiden salir a la calle, pues pueden ser deportadas.
Esclavitud: una constante que debemos extinguir
La esclavitud ha sido una constante a lo largo de la historia de la humanidad. A pesar de que no ha estado presente en todas las sociedades, desde la época clásica hay testimonio del comercio de esclavos para labores de diversa índole: trabajos físicos para la agricultura, la construcción y la carga, servidumbre con distintos oficios, desde cocineros hasta trabajos sexuales.
Es indigno que en la actualidad, en los albores del siglo XXI, no obstante la supuesta abolición de la esclavitud y la declaración internacional de los derechos humanos en 1948, existen formas contemporáneas de esclavitud en el mundo, por ejemplo, enfocadas en el abuso de la infancia. Existen diversos organismos y movimientos en contra de los modos modernos del comercio de esclavos; no obstante, aún existen modos de forma clandestina. Es por ello que la difusión en contra de la esclavitud que se promueve durante el año 2004, debe ser permanente y buscar un alcance en todos los círculos sociales a nivel global.
 
Ejemplos de esclavitud contemporánea
Denunciar la esclavitud es necesario: la esclavitud es todo aquel trabajo no remunerado o muy mal pagado, donde los humanos son privados de garantías como seres humanos, tales como la libertad.
La esclavitud no es particular de una cultura o de una nación: es triste confirmar que se halla en varias partes. Para denunciar algunas, podemos hablar de los niños y niñas que trabajan en las calles de distintos países en desarrollo y son explotados por adultos o niños mayores, quienes los privan de las ganancias y les dan un mínimo de paga con algo de alimento y un techo.
En países europeos como Inglaterra y España, o en algunos barrios chinos hay talleres de manufactura o restaurantes que engañan a la gente. Desde China les cobran una cuota para cruzar las fronteras y, una vez llegando a Europa, los tienen en condición de esclavos trabajando jornadas larguísimas y durmiendo todos bajo el mismo techo, sin ofrecerles condiciones de vida dignas.
En Israel, por ejemplo, son comunes las historias de mexicanas que en México trabajan como empleadas domésticas y son engañadas por sus patrones: les prometen sueldos diez veces mayores que los de México. Una vez en Israel les retiran sus documentos y les impiden salir a la calle, pues pueden ser deportadas.

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